Yo siempre he pensado que no cuesta nada sonreir, que todos tenemos una virtud... el saber aparentar. Hace unos días estuvimos en Mérida. Coincidió con mi cumpleaños. A las doce una tarta sobre la que se encendían 26 velas provocó que la lágrima fácil apareciera, dejé a un lado las apariencias y no hice nada por evitar llorar. Recuerdo que cuando llevaba varios minutos con las mejillas mojadas se me acercó Cupi y me dijo: pero a ti te pasa algo más, no puedes estar llorando tanto sólo por la tarta. Hay veces que pasa eso, que una palabra, un mensaje, un pequeño abrazo o en mi caso... una tarta de cumpleaños, hace que dejes de llorar sin lágrimas y te derrumbes. Es una manera de hablar sin palabras, de necesitar decir algo y no poder hacerlo, de no querer hacerlo. Es más fácil aparentar, sonreir y dejar que el tiempo seque esas lágrimas.
Gracias por hacerme sentir especial el día de mi cumpleaños.
No me apetece seguir escribiendo. Sólo desearos un buen domingo ;-)
1 comentario:
Que pasó, fea, estás últimamente muy melancolica y eso no puede seguir así.... tienes que pensar que tienes muchas cosas buenas y sobre todo mucho cariño a tu alrededor....aunque este este rabona, según tú y otras, te quiero mucho y si quieres un abracín lo tendrás, pero por favor deja de ponerme fotos compromentidas qu esiempre me pones las peores.Besetes
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