Primera lectura de Kike a los invitados:
Quería dar las gracias a Mónica y a "Míguel" por darme la oportunidad de pasar este mal rato aquí delante de todos vosotros.
Parece mentira que haya pasado el tiempo tan rápido. Todavía recuerdo cuando eras el gordito de la familia, ahora lo soy yo, y devorabas los "Don Mikis", la colección de libros de "Alfred Hitchcock y los tres investigadores" o mis libros de Julio Verne y otros clásicos de la Editorial Bruguera.
También me acuerdo de aquellos veranos con nuestros partidos de waterpolo en la piscina del campo, o cuando le echabas agua en la cara a Geli para que gritara, o aquel que fundiste la bici Torrot por aquellos caminos de tierra para dejar los kilos que te sobraban y llegar a septiembre hecho un figurín gracias, sobre todo, a una fuerza de voluntad envidiable.
Por no hablar de lo nervioso que me ponía en aquellas carreras ciclistas que te vi junto a tus amigoa Alberto, Paquino y otros valientes, como una en el Casar de Cáceres y otra urbana y peligrosísima en las calles de Cáceres, donde a mi se me hacía un nudo en la corbata cada vez que os veía descender por el Paseo de Cánovas.
Quizás ha llegado el momento de decirte públicamente que te admiro, que me siento muy orgulloso de ser tu hermano, que siempre he admirado esa facilidad tuya de resolver problemas a los demás, de dedicar el tiempo a los amigos a costa de quitarte horas de sueño o de sacar todo sobresaliente cuando para mi un aprobado ya era un éxito.
Como decía Woody Allen al comienzo de "Annie Hall", últimamente pasan por mi cabeza cosas muy raras, porque ya soy cuarentón, aunque no lo aparente, y supongo que estaré pasando por alguna crisis vital. No es que me preocupe la vejez, no soy de esos, aunque ya me asome el cartón por la coronilla, pero es verdad que empiezas a ver la vida de otra manera.
Al final, lo que nos queda es un conjunto de recuerdos y buenos momentos vividos con las personas que queremos o hemos querido, y espero que este momento que estamos viviendo ahora forme parte destacada de vuestra cajita de pequeñas cosas que seguiréis llenando con bonitos momentos a lo largo de vuestra vida.
No quiero ponerme melancólico, pero también es un momento para recordar a los seres queridos que ya no están con nosotros, y que, de alguna manera que se nos escapa, seguramnte estarán acompañándonos esta noche. Nuestro padre, que pensaría que sólo a ti o a Geli se le ocurriría casarse tan cerca de El Vivero, nuestros abuelos, nuestros tíos y todos aquellos a los que echamos de menos cuando nos juntamos para celebrar algo.
¿Y qué decir de Mónica? Pues además de que está guapísima, como siempre, lo normal sería decirle que te llevas lo mejor de la familia o que tus padres no pierden una hija, sino que ganan un hijo, pero en este caso yo creo que quizás sea "Míguel" y nosotros los que nos tenemos que sentir orgullosos y felices de haberte conocido y de tenerte con nosotros.
Para terminar, a falta del mensaje del Vaticano, leeré unas palabras del maestro Sabina que sirvan como deseo para los novios y para todos los que estamos aquí:
Que el corazón no se pase de moda
que los otoños te doren la piel.
Que cada noche sea noche de bodas
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda
que todas las lunas sean luna de miel
Juan Enrique Moreno ("Juanen")
Boda de Miguel y Mónica, 18 de septiembre
con estas palabras sí que se nos hizo a todos un buen "nudo en la corbata"...
Noche inolvidable para guardar en esa cajita de pequeñas cosas que todos tenemos. Pequeñas cosas que me hacen recordar lo afortunada que soy de tener una familia como la que tengo, y agradecer todo lo que me aguantan y me han aguantado hasta ahora.
Sólo les puedo dar las gracias...
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