martes, 27 de octubre de 2009

Pequeños grandes momentos...

...gracias por todo este tiempo, teneis la receta justa para hacerme sonreír ;-)


I miss you, Cow... by Glasses ;-)

viernes, 23 de octubre de 2009

Quiero que este otoño sea diferente



Ayer cambiaba mi estado en el facebook con esta frase, con este pequeño deseo, que este otoño fuera diferente. Aunque todavía el verano se niega a marcharse, de la cabeza y del tiempo, las hojas secas de los árboles empiezan a cubrir las calles (esto me ha quedado muy "poeta") y los primeros días de frío me han obligado a sacar mi inseparable bata y a desempolvar el brasero (quien me conoce sabe que yo siempre he sido muy de bata y brasero). Y es que el otoño siempre es el mismo, los que cambiamos somos nosotros.

Esta tarde me llamó la atención un comentario en mi estado, más o menos decía así: "El otoño puede ser diferente si quieres. No esperes a que te venga algo nuevo, porque no vendrá, hay que buscarlo". Me llamó la atención por dos cosas. La primera porque la persona que lo hizo no es muy dada a este tipo de cosas, no pierde el tiempo como yo en comentar cada cosa que ve en el "muro" del facebook, cuando lo hace es porque sabe lo que quiere decir y porque de verdad quiere que otros lo sepan. La segunda cosa fué la razón que llevaban esas pocas palabras, puede que para muchos sea un simple comentario, pero para mi no, para mi significaba mucho más.
Quizás esa persona se cansó de esperar ese algo, y comenzó a buscarlo, en vez de quejarse y dejar todo en manos del tiempo, que es lo que he estado haciendo yo estos últimos meses, quejarme... y no hacer nada.
Las cosas pueden cambiar, pero sólo si tú de verdad quieres. Ya no estoy hablando de que tu vida cambie, sino de tu percepción de ella. De qué vale lloriquear por los rincones, si lo que tienes que hacer es levantarte cada día con ganas de hacer cosas, buscar esa ilusión por cosas nuevas o por las que ya tienes, el que espera... se aburre, el que busca... encuentra.

Lo que más me duele de todo esto es que mientras yo me quejaba y esperaba, egoístamente no miraba más allá de mis ojos, y no me daba cuenta de que tal vez esa persona con la que compartía cañas y risas cada viernes, se levantaba cada mañana luchando por lo que de verdad quería conseguir, viendo que pasaban los días y que todo seguía igual, pero sin quejarse. Por suerte cada persona, tarde o temprano, recibe lo que se merece, y por suerte... esa persona vuelve a sonreír, y espero que sea por mucho tiempo. Y yo no me daba cuenta, y es lo que más me jode, que no me daba cuenta.

Por eso quiero que este otoño sea diferente, porque no quiero estar como hace un año, llorando por una tarta de cumpleaños y echándole la culpa a las pastillas, no quiero perderme tantas cosas como me he perdido, y sobre todo... quiero darme cuenta de cuando la gente sonríe sin querer hacerlo, que no sólo yo tengo o creo tener rachas malas, y no quiero perderme más cosas, que estoy ya cansada. Cansada de ver como la gente encuentra la vida que quiere tener, y cansada de que la gente me cuente cómo es París...

Esta entrada se la dedico a una persona que entró en mi vida hace mucho tiempo, que siempre ha confiado en mi y que más de una vez me ha dicho las cosas que me tenía que decir en el momento preciso. Simplemente es de estas personas que merece la pena conocer y que me ha enseñado que si le echas cojones puedes llegar tan lejos como quieras. Recuerdo que una vez me dijo que la amistad se medía en las cosas que te aportaba cada persona, no creo que haga falta decir nada más.