domingo, 27 de abril de 2014

abril robado

Creía tenerlo a buen recaudo, bajo llave, guardado en ese cajón donde se guardan las cosas importantes, como el corazón. Pero no, sin más, sin motivo… me lo robaron. Me han robado el mes de abril.
Reconozco que me pilló de imprevisto, y quizás no estaba preparada para tanto en tan poco tiempo. En cuestión de días, de horas… he aprendido a sobrellevar dos sentimientos diferentes: la desilusión y el miedo.

Empieza abril con el robo de una ilusión. Ilusión por ese algo que todavía no había llegado pero que confiaba que lo haría. Quería creer que llegaría. Ese algo que antes de existir ya tiene un pedacito de ti, porque el corazón sí me lo dejo robar, pese a tenerlo guardado. Y te queda el vacío, la añoranza por lo que pudo haber sido y la vida se empeñó en no dejarlo ser. La impotencia de no saber qué decir a esas personas que lo han sufrido en primera persona, y que son tan importantes para ti. 
Y cuando sólo piensas en recuperar la rutina, en olvidar y pensar que esa ilusión volverá en otro momento… te absorbe el miedo. El verdadero miedo. Y no, no voy a hablar de cierta señora a la que llaman dama y que viste de negro. No. El miedo de verdad, el que tengo desde que perdí a mi padre y que he sabido esconder todo este tiempo. 

Salas de espera, silencios, nudo en la garganta y lágrimas contenidas. Café infumable, pasillos interminables, sillones verdes y pases de entrada. Comidas sin sal, manchas de sangre, manchas de vida, rezos sin dueño. El "y ahora qué" que te penetra en las sienes, el miedo a esa cama vacía, a ese "buenas noches" sin respuesta...

Demasiados recuerdos, creo que ese es el problema.

Quizás no sea tan fuerte como aparento ser o como la gente cree que soy. Nunca se me ha dado bien mentir, pero en apariencias saco ventaja al resto. Poca gente me conoce de verdad, o a poca gente le dejo que lo haga. Y aunque ya he recuperado las horas de sueño y "mi cuerpa" ya está descansada, mi cabeza… ya en casa... aún necesita tiempo para superar este robo. Demasiadas cosas en tan poco tiempo, y demasiado miedo contenido, demasiado.

Creo que me ha quedado todo demasiado serio (fan de "demasiado"), no? y algo positivo tengo que sacar de este mes robado. Por si me quedaba alguna duda, que no es el caso, tengo la suerte de contar con una familia increíble y con unos amigos envidiables. No tengo palabras para agradecer todo el cariño recibido durante estos largos días. Mención especial también a esas personas que no llegan a alcanzar el "escalón de amistad" pero que han estado cerca con sus mensajes de apoyo, e incluso robándome una sonrisa en más de una ocasión. Y se agradece, vaya si se agradece. 

De todo se aprende, y está claro que cuando mejor crees estar… la vida te presenta su lado más feo. Buscar momentos de felicidad… comedida, ese va a ser mi objetivo. Y vivir, intentar vivir mientras me dejen, y seguiré confundiendo con estrellas todas las luces de neón, todas!

Bueno… y esa dama… qué decir de ti, Dama de Negro, qué decir de ti!!! Encantada de NO haberte conocido, los cigarros que no me he fumado por tu culpa me los estoy fumando ahora a tu salud. Que vaya miedo me has hecho pasar, alma de cántaro… vaya miedo!! Prometo dedicarte una entrada de blog entera, que te lo mereces.

Después de este puñado de palabras, escritas con poco sentido, escaso vocabulario y poca gracia (creo que se nota que soy de ciencias puras y que el sueño se está apoderando de mi por momentos), me despido, no sin antes regalar una canción, como es menester.



¿Quién me ha robado el mes de abril? - Joaquín Sabina