viernes, 30 de noviembre de 2012

en apariencia

"La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso. Sirve para caminar"

Tranquilos, no me he vuelto mística en este tiempo que llevo sin escribir. Sigo siendo la misma persona que antes. Sólo que con esta frase comienza un vídeo que tuve la suerte de ver la otra tarde, aprovechando unos días de vacaciones y disfrutando de mis valiosos momentos de ordenador y música. Mis momentos y mi música. Música que he llegado a aborrecer e incluso a odiar en más de una ocasión últimamente y que estos días, por suerte, he vuelto a recuperar. Nunca me han gustado los silencios.

Me centro en ese vídeo y en esa frase dejando a un lado la música, por lo menos en mis palabras, no en mis oídos. Conoces a una persona, te pasa unos enlaces… y terminas planteándote, con treinta años, qué has hecho hasta ahora y qué estás haciendo en este mismo instante. Admirando cada segundo de ese vídeo y preguntándote porqué tú no has hecho lo mismo, porqué no has luchado nunca por conseguir lo que quieres, porqué siempre has sido una conformista. Conformismo que siempre ha sido consecuencia de esa cobardía que has tratado de ocultar durante años, pero que tarde o temprano… se descubre, ya sea por ti, por la gente que te conoce hace años o por la gente que te acaba de conocer. Porque por desgracia hay cosas que nunca se pueden ocultar, por mucho que las quieras esconder, siempre aparecen.

Igual ocurre con esa persona que siempre ha aparentado ser fuerte. El resto de la gente la percibe como un muro que se puede golpear una y otra vez sin que se derrumbe. Es fácil atacar a una persona "fuerte". ¿Pero de verdad te has parado a mirarla? ¿de verdad es tan fuerte como aparenta? ¿sabes si esa persona llora? ¿si esa persona habla mirando hacia abajo porque no tiene fuerzas de mirar hacia el frente? No. Es más fácil golpear el muro que intentar ver lo que hay detrás de él. Hasta que un día se derrumba de tantos golpes y aparece esa persona vulnerable que un día decidió construirlo, ya fuera por decisión propia o porque su propia búsqueda de la utopía le obligó a hacerlo. ¿Y entonces qué? entonces… no deja de caminar.

¿Qué piensan las personas (en apariencia) fuertes? "piensan que lo imposible no existe, que las utopías no existen, que teniendo ganas todo se consigue. Es creer en tu sueño y luchar por él siempre".

Y esas ganas nunca se van, porque las personas (en apariencia) fuertes saben que el destino de cada uno está ahí, que hay cosas que están hechas para ellas, momentos y experiencias por vivir que llegarán, tarde o temprano. Porque luchan por ellas, sin ser más fuertes que tú, pero dejando atrás la cobardía y el conformismo, aunque sea detrás de un simple muro.

Admiro a esas personas fuertes. Porque para mi son fuertes, no sólo en apariencia. Nunca dejan de perseguir sus sueños y saben que los lograrán, aunque en ese camino dejen muchas lágrimas. Pero serán lágrimas que casi nadie notará.




for the world - tan dun & itzhak perlman