Añorar, extrañar, echar en falta, echar de menos… Todos lo hacemos. Y no es malo, todo lo contrario, pienso que muchas veces es necesario hacerlo para aprender a valorar lo que has tenido, lo que has amado, lo que has vivido. Y nunca es tarde para valorar el pasado.
Lo peor es echar de menos demasiadas cosas. Puedes añorar a personas que ya no tienes cerca, puedes añorar momentos en los que tu mayor preocupación era ganar un partido o aprobar un examen, puedes añorar un viaje, una imagen, un sentimiento, una frase, un olor… pero no puedes añorar tu vida, no debes añorarla.
Últimamente, en mi cabeza dan vueltas frases del tipo: "si yo hubiera hecho esto, si hubiese dicho tal, si no hubiese sido tan cobarde, tan idiota, tan tonta…". Muchas veces pienso que mi presente es simplemente una suma de errores que he estado cometiendo continuamente, uno tras otro, sin ser consciente de ellos hasta mucho tiempo después, y que tampoco he sido nunca lo suficientemente valiente para enfrentarme a ellos, para buscar una solución y enmendarlos antes de que fuera demasiado tarde, y es eso… que siempre se me ha hecho tarde para todo, y es lo que me provoca ese sentimiento de echar de menos, el no haber sabido actuar, ya sea por miedo, por pereza o por idiotez, pero hay veces que pienso que no he sabido vivir, y que todo lo que ahora tengo me lo he buscado yo.
Quejarse es muy fácil, verdad? es lo que hacen los cobardes, los que tienen miedo a los cambios, a perseguir los sueños… Para qué? y si todo sale mal? mejor no hacer nada y quejarse, no? Creo que es lo que llevo haciendo casi treinta años, quejarme y no hacer nada. O hacer lo correcto, eso también es fácil, no arriesgarse y hacer lo que los demás quieren que hagas, y no atreverte nunca a cambiar ese "deber hacer" por "querer hacer". Eso también es de cobardes. Miedo al cambio, a equivocarte, a vivir… Y ahora qué? tienes una vida, sí, mejor que la de mucha gente, sí, pero… es la vida que tú hubieras querido? Si hace diez años hubieses tenido la oportunidad de verte cómo estás hoy… habrías actuado igual? seguro que no… Seguro que ahora no echabas tanto de menos, porque no sólo se echan de menos los buenos momentos, también se echan de menos esas ocasiones concretas en las que no estuviste a la altura, en las que te equivocaste, en las que se te hizo tarde, en las que llegaste tarde. Porque el tiempo no espera, y los trenes no siempre pasan dos veces por el mismo sitio…
Y sí, es necesario echar de menos, pero cuando ya has aprendido a valorar y a arrepentirte, es momento de olvidar y pasar página, porque tu vida es lo que está pasando justo ahora y no debes quedarte en el pasado, en lo que hiciste mal o simplemente no hiciste. Puedes añorar, sí… pero hasta un límite, no puedes echar en falta una vida que no tienes, que nunca has tenido y que seguramente nunca tendrás, pero... echar de menos es más fácil, y a veces duele menos.
4 comentarios:
Plas plas plas plas!!!!
Lo que sí, un consejo: Sé valiente y vé a un fisio, anda.
Jejeje, te ha faltado el "anda, alma de cántaro" :-)
Manueli y yo siempre decimos que es muy fácil arreglar el negocio ajeno, que desde fuera todo se ve muy bonito. Lo mismo pasa con la vida, a toro pasado todo se ve muy fácil, pero la vida no deja de ser una sucesión de decisiones a tomar y nadie nos va a examinar cuando se nos termine. Lo que ahora se ve como un error o lo que a ojos de los demás se ve como incorrecto, en su momento seguro que era la decisión más apropiada. El pasado, pasado está y sólo recordaremos los buenos momentos. El presente es lo importante y cada uno es libre de tomar las decisiones que quiera. Eso de rendir cuentas o dar explicaciones es una consecuencia (una más) de la educación católica y retrógada que hemos sufrido. Lo dicho, a vivir, que por mucho que en muchos momentos sea difícil y lo veamos negro, la vida merece la pena y, desgraciadamente, sólo tenemos una.
No puede tener usted más razón, señor Moreno ;-)
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