lunes, 28 de mayo de 2012

olmo seco

No voy a quedar de bohemia y mentir diciendo que leo poesía con luz tenue mientras escucho música de Debussy (lo de la luz tenue y la música era para ponerle más realismo al ambiente bohemio moderno-cultureta). Pero estos días se cumple un siglo de "Campos de Castilla", de Antonio Machado, y al escuchar la noticia me ha venido a la cabeza ese maravilloso libro de poemas escrito por este gran poeta, el cual leí cuando mi estatura media apenas rondaba el metro y medio y el volumen de mi pelo casi me impedía cruzar la puerta sin girar la cabeza. Mis años en el colegio no están sólo llenos de buenos recuerdos, incluso me atrevería a decir que abundan más los malos que los buenos, pero siempre me gustará recordar las clases de literatura, al igual que al profesor que nos las daba, mi querido y admirado Jacinto.

Me considero muy afortunada de haber tenido un profesor como él. Clase a clase nos enseñaba a leer, porque leer no es sólo unir palabras y formar frases, leer es mucho más, y él nos enseñó a sentir, entender y amar lo que leíamos, consiguiendo trasladarnos a ese mundo metafórico que esconde un poeta entre sus versos. Hoy, veinte años después, aún me emociono cuando recuerdo aquella "Elegía a Ramón Sijé" de Miguel Hernández, sin duda mi poema favorito, y hoy… veinte años después… todavía me emociono cuando recuerdo esos "Campos de Castilla" que comentábamos día tras día en aquellas inolvidables clases de literatura.

Vuelvo a decir que no leo poesía, que ni siquiera me considero una febril lectora de prosa. Leo poco, mucho menos de lo que debería leer. Pero sin embargo… en aquella época, un "simple" profesor consiguió que amara la literatura, que sintiera la poesía, y sólo por eso, y al igual que decía el poeta cuando hablaba de los álamos de las márgenes del Duero… Machado y Jacinto, "conmigo vais, mi corazón os lleva".





Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

"A un olmo seco" - Antonio Machado
Soria, 1912


Y esto para darle el toque bohemio ;-)


clair de lune - claude debussy



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