lunes, 1 de septiembre de 2008

September

Empieza septiembre. Aunque realmente el verano acaba el 23 de septiembre, si no me equivoco, porque siempre me he liado con lo de los equinoccios y los solsticios, hoy considero que el verano ha terminado.

Yo sigo de vacaciones, por llamarlas de alguna manera, porque para mi estar de vacaciones significa pasar más tiempo en casa y tener que estudiar. Lo único positivo es que cuando vuelvo al trabajo no sufro el temido síndrome "posvacacional" que padece media España, porque hoy en las noticias no se hablaba de otra cosa. El jueves tengo el examen y el viernes empiezo ya a trabajar, y la verdad es que ya tengo ganas, de ver las cosas nuevas y de colocar "mis" vitrinas, es increíble lo que se puede llegar a desconectar colocando una vitrina, que es más complicado de lo que parece, teniendo en cuenta el poco sitio que hay y todas las pulseras, collares y pendientes que hay que colocar.

Ahora empieza la época de las preguntas tontas de las clientas: "Chica, esto también lleva el cincuenta?", y se refiere a los bolsos de pana y colores oscuros, colocados justo al lado de un cartel que dice "Avance de temporada". Te entran ganas de decir: "Señora, que le está pasando?". Lo mismo ocurre con las camisetas nuevas, están viendo que son de manga larga y algunas de cuello alto y hala... preguntan lo mismo: "Chica, que descuento lleva esto?" Vamos a ver, señora, se le está yendo la pinza o qué! Pero bueno... ya cuando llevas unos años trabajando en una tienda no te sorprenden estas cosas.

También aparecen las llamadas "clientas enredas". Se tiran medio mes de agosto entrando y preguntando que cuándo vamos a recibir lo nuevo. Le dices que en septiembre y te ponen cara como diciendo: "Madre mía, que tarde, si en Zara ya tienen todo lo de invierno". Después vuelven en septiembre, cuando ya tenemos parte de las cosas colocadas, le dices que eso ya es de temporada y te dicen: "Bueno, pero mejor voy a esperar a que esté ya todo colocado", o una variante de respuesta también puede ser: "Mejor ya vuelvo cuando vea la ropa de invierno que tengo, que con este calor...". En fin, clientas enredas.

Y así podría tirarme dos horas, porque hay gente para todos los gustos. Lo bueno de trabajar cara al público es eso, que es imposible aburrirte, no hay rutina y es raro el día que no tienes que reirte por algo.

Bueno, voy a seguir estudiando el apasionante mundo de la Auditoría de Cuentas, hacía tiempo que no estudiaba yo algo taaaan aburrido, pero qué le vamos a hacer... hay que aprobarla también.

Besitos y que tengais un buen lunes

1 comentario:

Kike M dijo...

O una vez visto el precio exclaman: "¿y no la tienes en color frambuesa?. Vaya, que pena, con lo que me gusta esta camiseta. ¿Y no la puedes pedir en color frambuesa?"

La algunas veces es una lástima tener educación y no decir lo que realmente estás pensando en ese momento, porque si la sorprendes y le sacas el bolso o la camiseta en color frambuesa, entonces te dirá que si fuera un poquito más oscuro se la llevaban. ¿Tan difícil es decir que me resulta cara o no entra en mi presupuesto?